lunes, 31 de octubre de 2016

Jorneo y Hornedo, Lloreo y Bojar en Bezana

En el mapa del Camino Lebaniego a su paso por Bezana que publica la cuenta oficial de twitter del Jubileo aparece el mismo topónimo cántabro transcrito de diferente manera según sea a un lado u otro de la autovía: Jorneo y Hornedo, ambos "robledal", topónimo que temo opaco para los vecinos en cualquiera de sus versiones, estén éstas más o menos ajustadas a la forma esperable *jornéu, que es de suponer se haya perdido en el habla viva del pueblo.



También llama la atención Lloreo, "lauredal", y Bojar, que en el Alto Nansa, si no recuerdo mal, da nombre a las isletas que quedan en medio del curso del río.

domingo, 30 de octubre de 2016

Lagos, Santander

"No se puede decir en voz alta, pero aquí hay un montón de violencia reprimida. Por eso los interiores parecen tan pesados. Y por eso es tan difícil ver lo otro presente: una mancha de sol que se mueve por las paredes y se desliza por el bosque inconsciente de rostros titilantes, un proverbio bíblico nunca asentado: "Ven a mí, porque estoy tan lleno de contradicciones como tú".

Por un momento finjo que estas líneas de Tomas Tranströmer fueron escritas pensando en Nigeria. No cuesta nada entender por qué valen para nuestra situación. Las contradicciones de las que él habla son las de la poesía, la voz que dice: quizá sea esto, quizá aquello, quizá otra cosa. Pero en una atmósfera en que se ha borrado el pasado, las contradicciones están prohibidas."

"¿Por qué aquí la historia no es controvertida? No se ve esa disputa por las palabras, esa batalla por las versiones que marca la vida creativa de una sociedad. ¿Dónde están las voces contradictorias? Salgo de la tienda al resplandor del mediodía. Me rodea el bosque maquinal de rostros parpadeantes. Los jóvenes pandilleros siguen trabajando en firme pero supongo que pronto pararán para almorzar. El pasado ni siquiera es pasado."

"La situación en Nigeria me recuerda los cargo cults en Melanesia, donde los nativos abrían caminos en la selva y construían torres de control de bambú y rafia porque creían que esas estructuras, parodias de la aviación moderna, traerían bendiciones materiales de los dioses del cielo. (...) Hacemos despegar aviones pero no los fabricamos, y mucho menos invertimos en investigación aeronáutica."

"El caballo de batalla del presidente Obasanjo es la imagen del país. Cree que los críticos de Nigeria son los que más daño le hacen. Los califica de antipatriotas perniciosos. Insiste en que el único defecto real está en señalar los defectos. El ciudadano solo debería hablar de lo bueno. Al fin y al cabo ninguna sociedad es perfecta."

Todas citas tomadas de Cada día es del ladrón (Acantilado, 2016), aquí, de Teju Cole, páginas 97, 101, 121 y 122, respectivamente. Un libro, por lo demás, prescindible.

viernes, 28 de octubre de 2016

Fundación Santander Creativa in progress

En mi opinión el dinero privado que venga en apoyo de iniciativas públicas debe ser bienvenido siempre que no condicione a las mismas. Es algo además de inevitable (porque el dinero público no da más de sí), deseable (porque de existir la oportunidad está la que yo considero obligación moral de aprovecharla). La inevitabilidad la adviertes cuando manejas presupuestos, a la escala que sea, y que sea deseable cuando los manejas bien. La Fundación Santader Creativa ha captado dinero al que no hubiera sido posible acceder por vía puramente pública. Si un rico agradecido por una operación salvadora quisiera donar una millonada al Hospital Valdecilla, por ejemplo, no podría hacerlo porque no hay fórmula que lo permita (o no había; ahora sí, aunque mejorable). El Ayuntamiento de Santander encontró acomodo a esta posible fuente de ingresos externa gracias a la Fundación Santander Creativa. Su papel me parece, pues, valioso, porque atrae dinero, e importante, porque es un dinero necesario.

Cosa distinta es el modo como se ha concretado la fórmula. No creo que la idea de partida fuera mala, que es la principal crítica de sus detractores, sino al contrario, se trata de una buena idea, pero que ha ido pervirtiéndose. En Santander hemos dejado que el modelo, siendo inevitable y deseable, acabe a manos de las empresas, hemos dejado que sean ellas quienes lo acuñen, quienes tomen el control, y ahí radica el principal error: en el entreguismo. La empresa era ciudadana. Entregarse a las empresas bien por presión externa o bien porque los políticos no han sabido o querido mantener la bandera en alto (porque quizá para ellos, trepas profesionales, el proyecto no era más que una forma de vivir bajo la cómoda sombra del estrato superior de la pirámide social) ha significado la desafección ciudadana, que se ha traducido en crítica contumaz, escasa repercusión de productos, y digo productos a posta, y otras formas de desconexión público privada o lo que es lo mismo de desactivación de la misión de la Fundación Santander Creativa.

En este tipo de iniciativas quien tiene que llevar sí o sí la voz cantante es lo público, no al revés, es lo público quien tiene que fijar las coordenadas. Incluso si los objetivos que se marcan desde lo público se cubren con 100.000 euros no se debe aceptar más, menos si quien levanta la mano es una entidad a la que no importa descabalar la lógica pública por interés propio. Pasa con muchas empresas cántabras acostumbradas a campar a sus anchas de la mano de amigos de amigos.

Otra iniciativa similar a la Fundación Santander Creativa es Tabakalera de San Sebastián: aquí, la iniciativa pública centra el tiro en un edificio e invita al sector privado a participar de acuerdo con las necesidades que establece lo público. El resultado: una maravilla con participación de la estupenda Filmoteca Vasca (que es una fundación), la Kutxa, etc. Os animo a que hagáis una visita: es lo que se conoce como benchmarking. Creo que estamos a tiempo de apuntar distinto, de recuperar el proyecto y de recuperarlo como lo que tiene de valor: un proyecto ciudadano al servicio del interés público con apoyo medido, calibrado de financiación externa.

Marcos, ánimo. La dirección es la buena; la vía seguida, ahora lo sabemos, a lo mejor no tanto. Es el momento de tomar el control.

martes, 25 de octubre de 2016

Pérgula (con ampliación sobre la diferencia entre pérgula y soberáu y la posible conexión de ambos elementos con el hórreo)

La casa gótica montañesa, denominación que no es más que una convención para designar el estadio más antiguo que sabemos reconocer en nuestras casas, pero que bien pudiera ser anterior, se organiza en cuadrantes: abajo a la izquierda vivienda, a la derecha cuadra, encima de la vivienda secadero y encima de la cuadra el pajar. Es así en la casa gótica mejor conservada que conocemos y a la que por fortuna hemos podido entrar, además de encontrar evidencias de la misma disposición en otras casas en origen góticas que han ido diluyendo sus formas con el paso de los siglos.

Quería centrar el tiro de esta entrada en el secadero de una casa de Lamiña hoy desaparecida:







Son todas las que tengo. Las pongo todas aunque sean parecidas porque mucho me temo que son las únicas que existen.

Están tomadas asomándome desde la escalera (interior). El cajón está contra la fachada. Está situado en la vertical de la cocina de suelo o pusiega (que era la cocina acotada por tres piedras, muchas de ellas reutilizadas como poyu a la entrada de las casas). El suelo del cajón es de entrelazado de varas de avellano conocido como setu o zarzu, depende del valle. El humo ascendía, pasaba por el cajón y se escapaba por entre las tejas.

Foto de los restos de zarzu o setu:



Restos del brazo o tuérzanu de la antigua cucina:



Al secadero con forma de cajón situado encima de la cocina dice Apa que se le conocía como pérgula. La primera vez que me topé con esta palabra fue en un libro de Jesús García Preciado que recoge un canto de petición creo recordar que lebaniego o quizá campurriano conocido como las pérguas que quizá tuviera que ver con los alimentos conservados precisamente en las pérgulas, como churizu, tucinu, etc.

La pérgula está en el soberáu, que es el nombre que recibe el secadero que ubicamos en el cuadrante superior izquierdo, encima de la vivienda. La pérgula entiendo que está siempre acotada por un tablaú o pared de tablas. Es, pues, un espacio subsidiario, un espacio acotado dentro de otro.

La duda es si el soberáu también podía estar acotado por un tabláu o no y caso de estarlo si la pérgula también o podía dejar de estarlo, puesto que el espacio contenedor ya estaba acotado, a lo que se suma la pregunta de si la pérgula no estaba acotada, qué: dejaba de ser pérgula (como creo) o no. En la casa gótica a la que me refería en el primer párrafo era el secadero, es decir, el soberáu, el que estaba acotado por un tabláu o al menos había un tabláu que recorría la casa todo a lo largo, de la fachada al fondo, separando secadero y pajar.

No sé si soberáu y pérgula nacieron a la vez o si alguno de los dos elementos antes que el otro. Sea como fuere, creo que de su éxito entre nosotros deriva la escasa presencia relativa, cuando comparamos con comunidades del norte, de hórreos.

domingo, 23 de octubre de 2016

Las cosas que no son, de Sarrionandia

Las cosas más jermosas que pudrían ser
[no son.
Las palabras con más sintíu, pinto´l casu,
[no se dijerin entá.

La metá de los páisis
[son páisis escunucíos.
Cuántas cosas hay que no son, cuánta genti
[que no disisti nel mundu.

Nos mesmos, nacíos dun país
[que no disisti,
no queda otra que dicir que somos
[lo que no somos.

Tóu carencia, tóu sinciu,
[tóu tiempu,
tóu ausencia, tóu eventualidá,
[tóu contextu.

Tóu está por cudar, por sintir,
[por dicir.
Y cuasi tóu aquello que tenemos de jacer
[está ensin jacer entá.

Quiciás las cosas que no son, sean
[en daque sen.
Porque la vida tamién está entarajilá de cosas
[que no son.

Dellas cosas que no son usan dir escontra´l
[sú llamatu,
p´ajuyir de la humillación de no ser
[y espenzar a ercé-lo que no es entá.

viernes, 21 de octubre de 2016

miércoles, 19 de octubre de 2016

8.000 € / 2017 + 21% de IVA

Annals of Pharmacotherapy, Diabetes Journal, Histopathology, Journal of Endourology, Journal of Inmunology, Laryngoscope, Prehospital Emergency Care y Sleep.

martes, 18 de octubre de 2016

Asesores

Alcalde de A Coruña, de Podemos, sobre asesores, aquí. Yo fui uno. Y bien que me lo han hecho pagar.

Peio H. Riaño, periodista, sobre el prometido asalto a las instituciones culturales y el papel del funcionariado público, aquí.

sábado, 15 de octubre de 2016

Leche cántabra a pérdida en multinacionales

En Supercor, filial de El Corte Inglés, se está vendiendo el litro de leche de Valles Unidos del Asón, cooperativa cántabra, a poco más de 70 céntimos el litro. Si esto no es vender a pérdida que alguien me explique qué lo es.

Vendiendo leche cántabra la multinacional adquiere un color local que le da prestigio, en cada comunidad autónoma el suyo, además de servir de gancho, de cebo para atraer clientes, pero quien paga esta estrategia comercial, no la leche, sino su campaña, somos nosotros, el pueblo de Cantabria, y a un precio además altísimo.

No es que Supercor o quien sea tenga nada concreto ni contra nosotros ni contra nada ni nadie. Cuando duele solemos reconcentrar la perspectiva y adoptar la propia como exclusiva, erróneamente. Asumamos que a nadie importamos. Nos utilizan, simplemente, y cuando dejemos de ser útiles desapareceremos para ellos (y quizá también para los restos). Pasará con los ganaderos y con lo que se tercie, no importa qué o quién.

¿Soluciones?

No sé si ser posibilista es creer posible modificar el sistema para que pase a beneficiar a todos, si acaso el sistema fuera tan flexible siquiera para intentarlo, si el abordaje se debería emprender desde dentro o desde fuera, pero dónde el corazón de la cebolla, quién los protagonistas, si necesarios, si modificando el sistema en realidad estamos gestando otro nuevo o no.

No sé si ser posibilista es creer posible romperlo todo y crear un nuevo sistema desde cero que beneficie a todos, si es que realmente puede llegar a haber sistema capaz de ello.

Pero lo que sí sé es que hay veces, como esta mañana en el Supercor, que me es imposible ser posibilista y me doy por vencido.

viernes, 14 de octubre de 2016

Vaca, que no: toro (en Babia)

En el pueblo de Canales, norte de León, iglesia del s. XVII con sendas ampliaciones en el soportal, la de la derecha, que tengo por sacristía, con piedra reutilizada, y la de la izquierda con puerta cuajada de grabados:









Caballo:



Hay varios intentos alrededor, destacando éste:



Cuando hice la foto creí que se trataba de una vaca...



... pero viendo la foto Raquel me hizo ver que no, que es más bien un toro. Y esta confusión mía, tan montañesa, por otra parte, me hace ver que sí, que en la cabeza todos tenemos un mismo jardín, pero que varía en función de lo que le reguemos, de las plantas que haya en él, que son las que plantemos, las que nazcan solas y las que quitemos, de lo expuesto que esté el jardín al sol, a la lluvia, al viento y a qué viento..., el jardín que se echa a monte, también.

Es una imagen, la de este toro, que me recuerda a los grabados y dibujos de tudancas de Carmona, aquí.

Lo mismo, pero diferente. No puede ser de otra forma. Y quién lo querría.

jueves, 13 de octubre de 2016

¡Presentes!

Pichi, del inglés, es sinónimo de galipó, del francés, que es sinónimo de chapapote, del nahua.

Somos todo

lo que nos propongamos

todos.

martes, 11 de octubre de 2016

De toponimia camarguesa

En Camargo, Mier de Valcobio. Este topónimo me lleva tanto a Pico Obios, un topónimo que siempre me ha llamado la atención, como al montañés escobiu, un lugar de paso estrecho entre peñascos, del latín SCOPULUM, "peñasco", "escollo", tal y como propone García Arias aquí.

En la Mier de Valcobio, por cierto, se encuentra el sitio de Llagos o Llaos, forma que yo hacía propia de Liébana y del límite oriental cántabro (incluido el occidente vasco), pero que ahora compruebo también está presente en la costa central.

En Cacicedo, Pedroba, y en la Mier del Monte de Maliaño, Pedroa. La Peña del Cuervo de Santander está documentada como Peñoa. Quizá derivadas Pedroba y Pedroa de Pedrona y Peñoa de Peñona.

También en Cacicedo, Pedralle, quizá mejor Pedraye, que me lleva a La Pedraje montañesa, de la que traté aquí. El topónimo de Cacicedo, a diferencia del montañés, responde a una solución "a la asturiana" que ya hemos visto en otras ocasiones que quizá no se deba tanto a influencia asturiana como a un hipotético estadio primitivo montañés.

En Herrera, La Corraliega. Creo que es el testimonio más oriental de este sustantivo que he encontrado hasta el momento. Para la definición de corraliega, por favor, haced uso del buscador.

En la Mier de Piedrahita de Herrera: El Hurro y El Hórreo. Quizá sean dos formas de referirse a lo mismo. En Cabuérniga, horru. Hay otras variantes recogidas en el occidente cántabro. La convivencia de El Hurro y El Horreo y la apertura de campo que trae consigo la palabra urru (que en Castro Urdiales permanece viva con el significado de "farallón costero" y está presente como topónimo en Liencres y la bahía de Santander, al menos) me hacen creer que hórreo, frente a la versión oficial, no es palabra de origen latino, sino prerromano.

En la Mier de Herrera: Valladorio. Este topónimo, con ese sufijo tan bonito, se relaciona semánticamente con La Cerca y quizá también con Latas, ambos en Igollo. Para el topónimo Latas, aquí.

También en Herrera: Peñamazúa, más Mier de Lleruga en Igollo. En ambos topónimos se adivina un diminutivo poco frecuente -úa > -uga > -UCCA emparentado con -uca > -UCA. Para la distinción entre ambas etimologías, García Arias aquí. En el primero el diminutivo se aplica a un mazu y en el segundo a una llera (con palatización) o ribera pedregosa de río o curso de agua.

En Igollo, Carmonal, con un abundancial que da a entender que *carmona ha podido llegar a tener significado concreto. Dada su etimología (probablemente relacionada con piedra) y la cercanía de la Mier de Candejo (cuya etimología también remite a piedras), quizá el hipotético apelativo *carmona nos esté llevando a algún tipo de pedregal o, mejor dicho, a algún tipo de pedregal cuando se le añade el abundancial, siendo *carmona una forma antigua de referirse a la piedra, si se llegara a demostrar. Quizá este topónimo se encuentre en relación al menos semántica con gándara o gandaral.

También en Igollo, en la Mier de Sobangas, Oncellada, que parece remitir a una fuente o bien de caja (tipo Jongaya) o bien encajonada por algún tipo de elemento, bien natural o artificial. La segunda parte del topónimo, /-cellada/, emparenta con topónimos estilo al de Valdecilla, de los que traté aquí. Por cierto, Sobangas es un topónimo con un prefijo claro y un núcleo aparentemente muy interesante, aunque opaco. ¿Qué son las *bangas singular *banga, qué ésta debajo? Topónimos cercanos: Sorrasa y La Cuesta. Quizá *banga sea una forma emparentada con varga.

En Muriedas, Mier de Fuentemar, El Sango. En Soba, el pueblo de Sangas, topónimo que se ha identificado con el Asón. Para revisión de parientes europeos, aquí (página 625). Si tanto Sangas como El Sango son topónimos que trasladan una palabra prerromana para referirse a los ríos, El Sango da a entender que esta palabra estuvo viva hasta fechas muy recientes: El Sango, "el río". Pasa algo parecido con el topónimo El Dobru, que lo tengo por lebaniego, aunque seguro que aparece en otras geografías, con el mismo significado, "el río".

El Pelambre de la Mier de Roznilla de Revilla tiene su reflejo en El Pelambre de la Mies de Urbina de Sopeña de Cabuérniga.

Todos los topónimos camargueses los he tomado de Camargo, mil años de historia, de María del Carmen González Echegaray, quien, por cierto, asegura que Muriedas viene de los murios o morios sobre los que apoyaban las viñas, muros que todavía hoy se levantan en Cueto y que el proyecto de campo de golf diseñado por Seve Ballasteros, el del aeropuerto, amenaza derribar. Sobre estas paredes de piedra en seco, aquí.

En el norte de Burgos el vino patrimonial recibe el nombre de chacolí, y era mayormente tinto, además de buena calidad, aseguran los vecinos, que se muestran dolidos por haber patrimonializado el nombre los vascos.

lunes, 10 de octubre de 2016

La Horadada santanderina, posible caso de sustitución del cántabro por el castellano

En Santander conviven dos topónimos que pertenecen al mismo campo semántico pero a distintos registros lingüísticos: el primero es Puente Jorao (lo escribo así por haber sido así como lo he escuchado, aunque no dudo que la forma lógica sea terminando en /-u/), que otros dicen Puente del Diablo, que es, el primero, topónimo cántabro; y La Horadada, la peña que la leyenda asegura se abrió para que pasara la barca de piedra con las cabezas de los santos Emeterio y Celedonio y el arenal donde arribó, topónimo castellano.

Ni el Puente Jorao ni La Horadada existen ya.

El otro día nos dijo Apa que si a un paisano le pides que traduzca al castellano el adjetivo joráu o joracáu lo que te va a responder es "horadado". Etimológicamente tiene todo el sentido.

La Horadada, siguiendo lo dicho, se podría considerar, sin salir del campo de la suposición, una tradución al castellano de *La Jorá o *La Joracá, hipotéticas formas cántabras para La Horadada que casarían (sobre todo la primera) con Puente Jorao, que ha llegado a nosotros en su forma original gracias a su ubicación remota.

Leyendo un libro de Carmen González Echegaray sobre Camargo me entero de la existencia de una interesante cadena de topónimos de la Edad Moderna en Escobedo, la siguiente: Piedra Jorada, Piedra Dorada y Piedra Horadada, cadena que es la fotografía del momento en que el cántabro es sustituido por el castellano en este pueblo camargués, proceso sufrido, probablemente, también por La Horadada santanderina, aunque no esté documentado.

martes, 4 de octubre de 2016

Saber es poder (dejar de temer)

Nuestro gato tiene miedo al afilador, a su melodía soplada en la diminuta armónica de plástico, pero no a la lluvia.

Lo que tememos es por desconocimiento y si conociendo seguimos temiendo es porque no lo conocemos tantos, los suficientes, como para desactivar aquello que provoca temor.

lunes, 3 de octubre de 2016

Umbral y la portada más bonita de todos los tiempos

Hace mil años, viviendo en Madrid, tuve la oportunidad de que Francisco Umbral me dedicara Un ser de lejanías, que es un libro fantástico, pero de camino a la librería cambié de rumbo solo para sentir que decidía algo: llevaba ya una carrera encima y estaba a punto de terminar otra, con la carga de exámenes que eso conlleva, tanto pasar por el aro, y me dije que no, que por aquella vez perdería el tiempo.

No recuerdo lo que hice en lugar de lo que quería hacer. Pero sí de lo que no hice, la dedicatoria, y quizá solo por eso, por el recuerdo que me ha quedado, mereció la pena no hacerlo.

Estaba el otro día echando un ojo a los libros de segunda mano de RETO en Corbán cuando vi un libro autoeditado a principios de los ochenta por una poetisa cántabra de la que no recuerdo el nombre, lo siento, con una de las portadas más potentes que se haya hecho nunca. Es de Xesús Vázquez, con obra en el Reina Sofía (y en una fachada de Camilo Alonso Vega y en un portal de la C/ Castilla, entre otras localizaciones santanderinas) y actualmente contratado por Lafuente para sus libros, la portada. Aparece un maizal saturado de color. Este libro lo conocía de verlo en casa de Isaac Cuende. Era también una de sus portadas favoritas. En todos los pocos libros que he hecho se halla su rastro. Lo encontré, por fin, pero, fatalidad, no tenía un duro en los bolsillos. Pasados unos días, cuando pude sacar un rato, volví y lo compré, por un euro. Repasando entonces las estanterías, date, encuentro una primera edición de Mis placeras y mis días, de Francisco Umbral, que compro, otro euro. Y ya en casa reparo que hay en la página de respeto una firma: la del autor.

Francisco Umbral, así, sin dedicatoria, porque el autor nunca dedicaba sus libros.

Archivu del blog